El es Bob Menendez y ninguna de ellas es Yoani Sánchez, sino las famosas prostitutas dominicanas menores de edad por las que supuestamente pagó el Senador. Después hubo retractaciones del asunto tras un mayúsculo escándalo político. Todavía no tenemos las fotos con Yoani, pero adelantamos estas nada más que para hacer notar con quién se codea la bloguera favorita de Washington en la Casa Blanca.

El País, de España, reseña la visita que hiciera hoy la bloguera Yoani Sánchez a la Casa Blanca, donde fue recibida por por Ricardo Zúñiga, el asesor del presidente para asuntos de América Latina. Antes se ha reunido con los senadores de origen cubano, Marco Rubio y Bob Menéndez -este último con un escándalo que lo vincula a prostitutas dominicanas todavía pisándole los talones-, y ha recogido en el Departamento de Estado el premio a las Mujeres con Coraje, por su inestimable apoyo a la política gubernamental de cambio de régimen en Cuba.

Dice El País:

Con un discurso un tanto manido de tantas veces repetido -en las entradas de su blog y en las respuestas a las que ha ido contestando desde que emprendió su viaje internacional-, pero igualmente vehemente, Sánchez ha defendido la necesidad de acabar con el embargo pero sin profundizar demasiado en las razones que hacen conveniente que se levante.

Pero no se extrañen, el diario español, con un prontuario de barbaridades profesionales en los últimos meses, comete en esta misma nota errores que no se admitirían ni al más imberbe de los estudiantes, en su afán de blindar mediáticamente a la bloguera favorita de Washington:

“Yo no he venido aquí a pedir, sino a contar una realidad para que luego ustedes decidan lo que les parezca más conveniente”, ha explicado la bloguera, que sí ha recalcado que lo que más necesitan ahora los cubanos es tener acceso a material tecnológico. (¿Por qué no dice que la señora en toda su gira ha estado pasando el cepillo -pidiendo dinero- para hacer un periódico en Cuba, recargas de celular y cualquier cosa que le permita seguir viviendo del negocio de la contrarrevolución en La Habana…?)

Yoani Sánchez aseguró que llegaba Estados Unidos no como una política o una periodista, sino como una ciudadana más. Pero en su estancia en Washington a la bloguera cubana se le ha dado trato de estrella. (¡Que no es política! ¿Y qué cosa es el galimatías del párrafo anterior entonces? Si esta mujer no tiene nada que ver con la política, por qué acto seguido añade El País:

Los políticos, conscientes de la importancia de Sánchez dentro de la disidencia y de su influencia en el exterior, gracias a su blog y las redes sociales, han aprovechado la ocasión para formularle preguntas directas sobre la eficacia del embargo y el mejor modo para que el país pueda ayudar a la sociedad cubana a acelerar la transición política en la isla. (Aquí sí fue honesto el diario al elegir los adjetivos: no podría haber dicho nunca que la bloguera tiene influencia en la Isla y es importante en el exterior. Sabe perfectamente que Yoani Sánchez no tiene influencia ninguna en la Isla porque nadie la conoce, salvo el grupito de “disidentes” arropados por la Oficina de Intereses de EEUU en La Habana -que, por cierto, no la aguantan por su egolatría-, y su importancia en el exterior es artificial, solo porque el gobierno norteamericano se la concede, cegado por su notorio y harto confeso interés en el cambio de régimen en Cuba.)