Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), hay actualmente cerca de 285 millones de personas víctimas de deficiencia visual en el mundo, entre ellas 39 millones de ciegos y 246 millones que presentan una disminución de la agudeza visual. Casi el 90% viven en países del Tercer Mundo. Las principales causas de deficiencia visual son los defectos de refracción no corregidos (miopía, hipermetropía o astigmatismo, un 43%), la catarata (33%) y el glaucoma (2%). Cerca del 80% de las deficiencias visuales son curables, señala la organización, y agrega que “la catarata sigue siendo la primera causa de ceguera”. Estas enfermedades oculares afectan en primer lugar (65%) a personas de más de 50 años (20% de la población mundial), un porcentaje que crecerá con el envejecimiento de la población, pero también a 19 millones de niños.
Frente a esta constatación, en el marco del ALBA, Cuba y Venezuela decidieron lanzar en julio de 2004 una amplia campaña humanitaria continental bajo el nombre de Operación Milagro. Consiste en operar gratuitamente a los latinoamericanos pobres que padecen cataratas y otras enfermedades oculares, pero que se encuentran en la imposibilidad de financiar una operación que cuesta entre 5.000 y 10.000 dólares según los países. Esta misión humanitaria se ha extendido a otras latitudes (África, Asia). La Operación Milagro incluye la participación de 165 instituciones cubanas. Dispone de 49 centros oftalmológicos en 15 países de América Latina y el Caribe (Cuba, Venezuela, Ecuador, Haití, Honduras, Panamá, Guatemala, San Vicente y las Granadinas, Guyana, Paraguay, Granada, Nicaragua y Uruguay).
En enero de 2008 se alcanzó la cifra de un millón de personas operadas. En 2011, más de dos millones de personas procedentes de 35 países habían recobrado la vista. En el marco de los acuerdos del ALBA, la población venezolana fue la primera que se benefició de la misión, con más de 178.000 operaciones realizadas. Bolivia también se benefició ampliamente de la cooperación médica cubana, con 600.105 personas operadas. El presidente boliviano Evo Morales saludó la presencia de los médicos cubanos así como el papel integrador y solidario del ALBA.
Otros países también se beneficiaron del internacionalismo humanitario de la Operación Milagro. Así, 100.000 ecuatorianos, 61.000 nicaragüenses, 61.000 jamaiquinos, 50.000 panameños, 48.255 brasileños, 35.245 argentinos, 22.280 peruanos y 312 paraguayos[11] recobraron la vista. Incluso ciudadanos estadounidense procedentes de los sectores menos privilegiados se beneficiaron de la Operación Milagro.[12]
El caso más emblemático es sin duda el de Mario Terán, antiguo suboficial boliviano retirado, que asesinó a Ernesto Che Guevara el 9 de octubre de 1967 en la escuelita de La Higuera en Bolivia. Vivía entonces en el anonimato en Santa Cruz. Subsistía gracias a su pequeña pensión de antiguo soldado y había perdido la vista a causa de una catarata que no había podido tratar por falta de recursos. Gracias a la Operación Milagro, Terán pudo librarse de su hándicap. Pablo Ortiz, periodista boliviano que trabaja para el diario El Deber de Santa Cruz, relató la historia: “Terán tenía problemas de catarata y se operó gracias a la Misión Milagro, a médicos cubanos de modo totalmente gratuito”. Dio más detalles: Este tipo es un total desconocido. Nadie sabe quién es. Está completamente arruinado y se presentó en el hospital de la Operación Milagro. Nadie lo reconoció y lo operaron. Fue su propio hijo el que nos lo contó, y vino al periódico para hacer este agradecimiento público”.
En 2009, con ocasión de la intervención quirúrgica número 10.000 que se realizó en el Centro Oftalmológico José Martí, la Operación Milagro recibió el Premio de Excelencia Ciudadana en Uruguay del Centro Latinoamericano de Desarrollo (CELADE), que apadrina la Organización de Estados Americanos (OEA), por sus valores solidarios y humanos.
La prensa canadiense relató que incluso algunos súbditos de la Corona británica carentes de recursos económicos preferían ir a curarse y a operarse en Cuba, famosa por la excelencia de su sistema de salud y sus precios atractivos para los occidentales.
La Operación Milagro es un ejemplo concreto de una eficaz política social que llevan a cabo dos naciones del Tercer Mundo a favor de los más desheredados. Es también una lección para los países ricos y un llamado a más solidaridad con los que Víctor Hugo llamaba la “cariátide”.
(Publicado originalmente en Cubainformación)