Por Arthur González
Han transcurrido casi 60 años del derrocamiento del dictador Fulgencio Batista por las fuerzas revolucionarias cubanas encabezadas por Fidel Castro, y los que aun sueñan con reimplantar el pasado oprobioso en Cuba, sustentados financieramente y orientados por Estados Unidos, no cesan de construir mentiras contra la Revolución.
Tal es el caso de la denominada “Comisión Cubana de Derechos Humanos y Reconciliación Nacional” (CCDHRN), dirigida nada menos que por Elizardo Sánchez Santa Cruz y Pacheco, una de esas llamadas organizaciones “disidentes” que no pueden mostrar membresía a pesar de los cientos de dólares que les suministran desde el exterior.
La CCDHRN asegura, sin prueba alguna, que en el año 2016 contabilizaron un total de “9 mil 940 detenciones arbitrarias” en la Isla.
Si eso fuese cierto, por las cifras que ofrecen, la capacidad de la policía cubana para “detener” a tantas personas, tendría que tener el cuádruple de Estaciones policiales para poder asegurar a tantas personas.
Es conocido que durante el año 2016 las visitas a Estados Unidos de los cabecillas de esos auto titulados “disidentes” se triplicó y ahora en vez de recibir entrenamiento y orientaciones en los locales que ocupa la misión diplomática yanqui en la Habana, son trasladados al territorio norteamericano donde cuentan con más tiempo, recursos y posibilidades de prepararlos para las campañas mediáticas y los actos provocativos contra el estado cubano.
Para el más desconocedor de la realidad cubana y con un coeficiente de inteligencia medio, es fácil darse cuenta del invento con fines perniciosos, algo que fue denunciado en el mismo 1959 a pocos meses del triunfo revolucionario en la conocida Operación Verdad.
En América Latina hay países que viven en una permanente guerra civil con el asesinato de periodistas, estudiantes, obreros, campesinos y luchadores sociales, pero para esos gobiernos que permiten y conviven con tales crímenes nos hay campañas de prensa, ni sanciones por parte Estados Unidos y mucho menos de las organizaciones como las creadas para difamar a Cuba.
Un vivo ejemplo son los 43 estudiantes mexicanos desaparecidos y el puertorriqueño Oscar López, el preso político más antiguo del continente, quien por tener ideas revolucionarias lleva ya 35 años de prisión, mucho más del tiempo que pasó Nelson Mandela en cárceles surafricanas.
Los inventados “disidentes” cubanos nunca han sentido los porrazos ni los gases lacrimógenos que sufren cientos de miles de personas en el mundo, solo por salir pacíficamente a las calles a exigir mejores salarios, calidad de salud y de educación; para esos europeos y latinos no se fabrican noticias de la verdadera represión capitalista que padecen a diario.
Elizardo, personaje que le vende su alma al mejor postor, ha hecho carrera como “disidente” y lleva 40 años sin trabajar recibiendo miles de dólares de los norteamericanos, que le mantienen para que cumpla con esos encargos mediáticos.
Desde 1980 integró más de 9 organizaciones contrarrevolucionarias, en muchas de las cuales trabajó por desplazar a sus presidentes, tal y como hizo en el llamado “Partido Pro Derechos Humanos de Cuba”, encabezado por Ricardo Bofill y en el titulado “Comité Cubano Pro Derechos Humanos”, que presidió Gustavo Arcos Bergnes, al crear la “Comisión Cubana de Derechos Humanos y Reconciliación Nacional”.
Otros de los grupúsculos, donde estuvo presente para obtener dinero fácil desde Estados Unidos, fueron:
“Concertación Democrática Cubana”, inventada por indicaciones del terrorista agente CIA, y prófugo de la justicia cubana por colocar bombas en centros comerciales, Carlos Alberto Montaner.
“Concilio Cubano”, que recibía financiamiento de las organizaciones terroristas Fundación Nacional Cubano Americana, Cuba Independiente y Democrática, y de Hermanos al Rescate.
“Coordinadora de Derechos Humanos”.
“Corriente Socialista Democrática Cubana”, iniciado junto a otro personajillo semejante, Vladimiro Roca.
“Grupo de Trabajo de la Disidencia Interna Cubana”, integrada por mentirosos y buscavidas como la conocida Martha Beatriz Roque Cabello, la misma que engañó a diplomáticos yanquis y periodistas extranjeros, cuando desarrolló otra mentira mediática conocida como Huelga de Hambre, la que se desmoronó con imágenes pasadas por la TV cubana, demostrando que se alimentaba sin límites.
“Tercera Opción”, iniciada junto a Rolando Prats Páez, quien emigró posteriormente a Francia.
“Unión General de Trabajadores de Cuba”, la que pretendía aplicar la misma fórmula polaca de Lech Walesa, con apoyo de la AFL-CIO de Estados Unidos, para trabajar a la clase obrera, terminando en total fracaso, pero se embolsillaron cientos de miles de dólares.
Para un personaje con ese aval de participación en “organizaciones disidentes” que jamás tuvieron respaldo popular y menos aún resultados, no se le puede dar la menor credibilidad, pues la vida demuestra que solo miente para recaudar dinero fácil que le permite disfrutar de la buena vida sin sudar su camisa, pero con un acumulado de cientos de horas de vuelos hacia Estados Unidos.
Todo es parte de la vieja y fracasada fórmula para establecer matrices de opinión contra Cuba.
Preciso fue José Martí cuando ante patrañas como estas declaró:
“Para ser útil hay que ser exacto y para ser fuerte hay que comprometerse con la verdad”