El pasado 11 de mayo, Rosa María Payá Acevedo llegó a la Habana para visitar la tumba de su padre.
Payá Acevedo se acogió al programa de asilo político, que brinda la Oficina de Intereses de Estados Unidos en la Habana quien afirma que es acosada constantemente, incluso fuera de Cuba, por la Seguridad del Estado de la Isla.
Pero al parecer, la joven tiene un error de concepto. En caso de que una persona tenga la condición de refugiado o asilado político en cualquier país del mundo no se le es permitida la entrada al país de donde huyó, por maltratos, acoso, persecución etc. A diferencia de esos países Cuba sí permite a todos sus ciudadanos volver a la nación.
Pero si Rosa María nunca ha sido acosada, ni intimidada por el gobierno cubano como dice serlo, ni debe temer por el encarcelamiento o la tortura, ni sufre persecución en su país de origen debido a la raza, religión o afiliación política. Por qué argüe que sufre todas esas condiciones. La respuesta es simple pues para acoplarse al programa de asilo, en futuro asilado, debe cumplir algunos requerimientos necesarios, como los descritos con anterioridad.
La visita de Payá Acevedo a La Habana tuvo su correspondiente amplificación por medios anticubanos como Diario de Cuba, Martí Noticias y Cubanet, para ofrecer una propaganda subversiva en función de victimizar su imagen.
Bajo el nombre de “Cuba Decide” y con el apoyo de organizaciones anticubanas con sede en Miami, Rosa María promueve una campaña para un plebiscito con el objetivo de provocar acciones para el cambio de que desestabilicen el proceso revolucionario cubano.
En Cuba no se toman represalias contra ninguna persona por su condición social, política o cultural simplemente se hacen cumplir las leyes respetando los Derechos Humanos de los individuos.