La familia Payá se fue a Miami “para regresar con más bríos” a Cuba

¿Cuánto tiempo necesita la Familia Payá para descansar la persecución política? Foto: tomada de Isla mía

¿Cuánto tiempo necesita la Familia Payá para descansar la persecución política? Foto: tomada de Isla mía

De la sección La guillotina de Guillot

La jugada magistral del gobierno cubano con la Reforma Migratoria desenmascara la farsa de los yanquis con Cuba en dos aspectos fundamentales: en la llamada oposición dentro de la isla, y en el uso de una ley preferencial de inmigración con fines políticos.

Como ya todo cubano puede estar dos años fuera del país manteniendo sus propiedades dentro de la isla, el oportunismo de todos los disidentes sale a flor de piel. Viajan (“a denunciar la verdad de Cuba”) y regresan a sus casas propias, llenos de dólares, sin estar rompiéndose el lomo afuera, donde la vida es cara y la incertidumbre es constante (a perder trabajo, vivienda, autómovil, atención médica y estudio de los hijos).

Yo lo sé bien, viviéndolo de manera personal, tratando con gente común de lugares como Brasil, Perú, Argentina y México, entre otros países.

Ahora a estos descarados, que todos son una partida de simuladores, mercenarios de un gobierno foráneo que quiere someter a Cuba económicamente sin ninguna reivindicación o mejora social, los ves viajando cínicamente acogidos a exacta lectura e interpretación de la ley cubana (que dicen ellos lograron con el sudor y sangre de su lucha), cumpliendo todo al pie de la letra. No se asilan porque pierden su condición de viajero, vacacionista, turista, vacilador. Pero entonces, contradiciéndose, se acogen a la Ley de Ajuste Cubano del gobierno norteamericano, también al pie de la letra (esa ley que ha provocado la muerte de cientos de cubanos en el mar, hechizados con el sueño americano, como millones de inmigrantes más de Sudamérica, Asia e Europa). Y reciben el mismo tratamiento que recibieron aquellos cubanos que “huyeron del Comunismo Cubano”como perseguidos políticos, con sus respectivas ayudas federales, aunque regresaran después llenos de baratijas y golosinas.

Lo último de esta pantomima es el circo que monta ahora la Familia Payá en Miami que paradójicamente desmonta todo el montaje. Acaban de decir que quieren descansar de la persecución política durante un tiempo.

Hagamos un paréntesis para imaginarnos a José Antonio Echeverría yéndose un mes de la Habana de 1957 hacia Hawai para descansar un rato de la persecución batistiana, y luego regresar, completamente recuperado, a tomar Radio Reloj. O más atrás, a Ignacio Agramonte viajando al Nueva York de 1871 a reunirse con su amada Amalia y su hijo, para despejar un poco el furor de la manigüa, y poder regresar para rescatar a Sanguily.

¿Cuánto tiempo necesita la Familia Payá para descansar la persecución política? Por supuesto que dos años, lo que estipula la ley cubana actual para que esta mano de sinvergüenzas no pierdan sus cinco casas incluyendo autos, motos y bicicletas chinas. La pregunta que cabe, para rematar o para soltar la soga de mi guillotina, es si cuando regresen ya estarán descansados de dicho acoso gubernamental o necesitarán volver a salir para, como dicen todos estos disidentones que regresan, “renovarse”, “tomar oxígeno”… y “regresar con más bríos”.

(Publicado originalmente en El Blog de Varela)

 

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