La mentira es más vieja que la sociedad de clases. Necesidad de los que explotan: no hay justificación posible para la expoliación del prójimo… Luego, esa mentira se desnudó durante el fascismo y llegó a la Guerra Fría y hoy caracteriza la decadencia estadounidense.
Joseph Goebbels político alemán que ocupó el cargo de Ministro para la Ilustración Pública y Propaganda del Tercer Reich, entre 1933 y 1945, empleaba numerosos principios para engañar y manipular a su sociedad y a su contemporaneidad. Entre ellos:
-“Si no puedes negar las malas noticias, inventa otras que las distraigan”.
-“Si una mentira se repite suficientemente, acaba por convertirse en verdad”.
Joseph McCarthy (otro Joseph), padre de la “Cacería de Brujas”, lanzó en 1950 una acusación de 205 comunistas infiltrados en el Departamento de Estado, aunque no pudo demostrar ninguno. “Hemos visto utilizar por primera vez en nuestra historia la técnica de ‘la gran mentira’. Hemos visto cómo, mediante la insistencia y la mezcla de falsedades (simples habladurías, tergiversaciones, murmuraciones y mentiras deliberadas), es posible engañar a un gran número de gente”, señala el informe de la Comisión Tydings sobre el macartismo y el senador Joseph McCarthy en 1950.
“Joe, usted es realmente un hijo de puta. Pero a veces es conveniente tener un hijos de puta a nuestro alrededor para que se encarguen de los trabajos sucios”, así le dijo el senador republicano John Bricker a McCarthy.
El filósofo mexicano Fernando Buen Abad, en su texto “Semiótica de las falacias: Ética entre la ‘Pos-verdad’ y la ‘Plus-mentira’” nos ofrece los conceptos de ambas:
“Es la mentira que prescinde de los hechos, que los arrodilla ante los intereses del enunciado para revertir (pervertir) la relación conocimiento-enunciación. El conocimiento se convierte en producto del enunciado y no al contrario”.
Y continúa: “La ‘plus-mentira’ liberada de toda culpa o penitencia. La ‘plus mentira’ basada en la inmoralidad misma. El vacío de principios. La desfiguración alevosa de la realidad cómo signo de clase. El dogmatismo de la falacia, el fundamentalísmo de la irracionalidad impune. Y entonces lo falso es real.
“Acaso el ‘plus’ de la mentira en la ‘pos-verdad’ sea su capacidad de consenso aplastante, su manera de obturar la duda”.
En mi opinión (muy personal) es la mentira “impuesta” por intereses y pretensiones de las élites del poder. Cuando atacan a Iraq “imponen” la mentira de que había allí armas nucleares. El derrumbe de las torres gemelas es la “gran mentira” “impuesta” por el gobierno de Bush. El mismo procedimiento utilizaron cuando atacaron a Siria. Hay cientos de ejemplos de mentiras “impuestas” por intereses.
Y ahora este señor Trump quiere “imponer” la mentira de la agresión de Cuba a sus diplomáticos en la embajada de La Habana.
Nota de Yoanislandia: La técnica de la gran mentira al estilo McCarthy parece que continúa manteniéndose convenientemente.