Nadie sabe con exactitud cuántos miles de dólares, provenientes de los bolsillos del contribuyente norteamericano, se ha gastado Yoani Sánchez en enviar twitters asegurando que, cuando sale a las calles de La Habana, la gente la saluda, la abraza y le da aliento para que continúe con su trabajo de mercenaria.
Sin embargo, su secretario y fotógrafo particular, Orlando Pardo Lazo parece que no tiene la misma suerte. En unas declaraciones al blog Café Fuerte, el súbdito nudista de la bloguera, ha afirmado que le duele la insolidaridad de la gente en Cuba, lo que en buen cubano quiere decir que a él, y demás acólitos de la SINA en La Habana, los cubanos les hacen el caso del perro.
Según explica Pardo Lazo:
“Muchas personas han empezado a ser emprendedores, con el otorgamiento de licencias laborales para los nuevos negocios, y eso ha provocado nuevas insolidaridades. A los activistas, la sociedad civil, los opositores, les cuenta cada vez más trabajo imbricarse con ese mundo, porque una licencia de la cual tú vas a vivir y van a vivir tu familia y tus hijos, con la cual vas a poder tener mejores condiciones de vida o vas a poder conseguir los recursos para emigrar, pues depende de tu silencio. Tú vendes hamburguesas y también vendes tu silencio. Entonces cuando te acercas a determinadas personas que se convierten en triunfadores, son triunfadores insolidarios. No contribuyen a esa amalgama social de pensar la Cuba de hoy y queda en manos del gobierno, en una soledad total, dirigir verticalmente los destinos de la sociedad”.
Como dice el dicho: el ladrón piensa que todo el mundo es de su condición. Los mercenarios cubanos, acostumbrados a ir a merendar, almorzar y comer a la Oficina de Intereses de Estados Unidos en La Habana, es lógico que piensen que todo tiene que ver solo con la venta de hamburguesas.
Puede que Pardo Lazo haya leído a Bukowski, a Henry Miller, y a Cabrera Infante, pero evidentemente ni siquiera se ha tomado el trabajo de hojear alguno de los tomos de Historia de Cuba en sus relaciones con Estados Unidos y España, de Herminio Portell Vilá. Si lo hubiera hecho probablemente tendría un ápice de vergüenza y no malgastara su “talento” en orinarse o masturbarse sobre la bandera cubana.
Pero dejando a un lado las presuntas influencias y carencias de Pardo Lazo, ¿cuál de los dos –el secretario o la señora de la blogosfera- es el que miente sobre el apoyo con que cuenta la “disidencia” en la Isla?
Por supuesto que Yoani Sánchez lleva todas las de ganar. La misma persona que derrocha el dinero de los ciudadanos norteamericanos en Twitter mintiendo sobre los admiradores que la saludan en la Isla sin temor alguno, aseguró en Nueva York, que algunos cubanos que se ha encontrado en su gira por el “mundo libre” se le acercan y le hablan en susurros.
“Lo peor es que cuando salimos de Cuba, agregó la bloguera, muchas veces nos llevamos ese miedo en la maleta. Me he encontrado con cubanos que me hablan susurrando. Según precisó Sánchez en El Nuevo Herald: “La Seguridad del Estado cubano se ha especializado en la creación de intrigas y falsos enfrentamientos”.
¿Se referirá la bloguera a la trastada que acaba de hacerle su secretario?
(Publicado originalmente en Cambios en Cuba)