Aplausos en las Embajadas de EE.UU, abrazos de Aznar y elogios de Vargas Llosa. Sólo hay que tener memoria para saber qué libertad nos traerá quien no quiere saber de justicia para periodistas asesinados y se retrata feliz con uno de los que apretó el botón que le costó a la humanidad un millón de vidas.
Mientras se reúne en España con la derecha más recalcitrante a Yoani Sánchez, ella que dice ser las voz de los que no tienen voz, no le preocupa los derechos que a los ciudadanos españoles se les está violando. Hace oídos sordos y no mira otra cosa que no sean sus propios intereses.
Los perseguidos de los regímenes totalitarios siempre han sido muy afectos a dar giras mundiales para denunciar que no tienen libertad, que carecen de recursos económicos y que viven encarcelados en sus fronteras. La gira mundial no es que te devuelva la libertad, pero te alivia bastante.
Las ruedas de prensa a las que acostumbra asistir Yoani Sánchez cumplen con un guión predeterminado: sonrisas desplegadas, exclamaciones, fotos, fotos y más fotos, preguntas cómodas para la que mejor sabe mentir y manipular; pero hay días es que las PREGUNTAS son diferentes.
Lectores españoles califican el libro que Yoani Sánchez presenta en España como un panfleto con aires de poesía donde aparecen relatos de la vida y milagros de la autora, acompañados de una colección de fotos de esa Cuba que aparece en los medios europeos.
El periódico español Mundo Obrero fue censurado y sus reporteros Javier Couso y Heidi Sánchez agredidos durante la presentación del libro de Yoani Sánchez “Wordpress: Un blog para hablar al mundo”. Ella impasible lo vio todo y no dijo nada. Entonces, ¿de cuál libertad de expresión habla?
Muy poca gente fuera de su país conoce a Zainab Al-Khawaja. Es una activista pro-derechos humanos y bloguera de Bahrein arrestada el pasado 27 de febrero por la dictadura de Hamad bin Isa al-Jalifa, aliada de Estados Unidos. Sin embargo, todo el mundo sabe quién es Yoani Sánchez. ¿Por qué será?
Un periodismo donde mediadora, entrevistada y entrevistadores marchan juntos -entre mentira y fraudes- hacia un objetivo común, donde las preguntas incómodas y la discrepancia con la visión dominante están prohibidas. ¿Será eso el tipo de periodismo independiente que Yoani Sánchez quiere llevar a Cuba?
Al desinfle de Yoani le seguirá inevitablemente el de toda esa lista de viajeros que no tienen ni obra intelectual acumulada, ni base social en Cuba, ni proyecto político alguno. Dichos opositores son inflados por la prensa que al poco tiempo los devuelve al olvido por inservibles.
Al leer la breve reseña de Yoani sobre su estancia en México pude confirmar y comprender que el simplismo de Yoani se puede generalizar a todo lo que ve, oye, toca y siente. Su postura concerniente a México fue más que simplista. Veamos