Yoani pidió a los congresistas norteamericanos apoyo para hacer cambios en Cuba; y dijo que quería más democracia para Cuba, que es la forma como llama a la implantación de un gobierno del gusto de quienes la escuchaban.
Los recorridos por la península de Yoani, la hija de Oswaldo Payá y las damas de blanco, y los que tendrán lugar los próximos días reflejan la confluencia de intereses de las distintas administraciones estadounidenses pero también la utilización de la disidencia cubana al servicio de intereses más locales de España.
Tercera Información saluda el nacimiento del sitio creado por un grupo de personas hartos de que Yoani Sánchez se presente como la Madre Teresa de Calcuta de los disidentes cubanos y el ciberfetiche de turno, mientras se esconden sus ambiciones políticas y económicas.
Yoani Sánchez acaba de tomarse una foto familiar con los representantes más recalcitrantes de la derecha anticubana del Congreso de Estados Unidos. Por mucho que ella insista en querer parecer una “activista ciudadana independiente” este encuentro demuestra todo lo contrario.
Eliecer Ávila, después que creyó que la tumba del Che en Bolivia estaba en Europa, podría fundar en Cuba el Partido “uelepeo”, por sus siglas ULPO. No huele muy bien ese Partido pero por algo hay que empezar.
Los periodistas y promotores estadunidenses enfrentan una creciente represión y limitación de la libertad de expresión pues el derecho de la sociedad a saber qué hace su gobierno se subordina a lo que el gobierno dicta como necesario para “proteger” a esa sociedad, lo que llaman “seguridad nacional”.
Yoani Sánchez y Berta Soler, “estrellas rutilantes de la oposición cubana”, aprovechan su gira mundial para actualizarnos: lo que entendíamos por “libertad de expresión” no es tal. Ellas tienen la verdadera receta, aderezada por las sumas de dinero que reciben de sus empleadores.
Yoani Sánchez, famosa bloguera habanera, es un personaje peculiar en el universo de la disidencia cubana. El retrato es muy a menudo halagador, pero poderosos intereses y grandes sumas de dinero parecen esconderse detrás de la figura de la disidente cubana.
La gira internacional de la bloguera cubana Yoani Sánchez, financiada por “manos amigas” y personas que han pagado “colectas en Internet” para que nuestra pobre bloguera, cuyo humilde salario sobrepasa los 10 mil dólares mensuales, pueda desarrollar su viaje de 80 días por doce países.
En un ataque a la libertad de información y de prensa, la organización del evento denegó el acceso a la reportera de Mundo Obrero Heidi Sánchez.