En la fracasada invasión de Playa Girón, en abril de 1961, entre los muchos mercenarios había un joven hombre de apenas 22 años y que pronto se convertiría en una estrella de llamado exilio cubano. Su nombre era Jorge Mas Canosa, hijo de un teniente coronel de la tiranía de Batista.
Paralelamente, se formaba otra gran estrella del “exilio”, Luis Posada Carriles, agente CIA. Ese hombre -que hoy anda libre por las calles de Miami- puede reivindicar una larga carrera de actos aberrantes contra los pueblos. Entre muchísimas otras cosas, en 1976, Carriles y el difunto Orlando Bosh provocaron la voladura de un avión civil de la compañía aérea Cubana de Aviación y la muerte de 73 personas. Ambos fueron detenidos en Venezuela, pero Bosh fue inmediatamente absuelto y trasladado a Miami y Carriles logró huir en 1985.
Mientras tanto, Jorge Más Canosa había sido puesto al frente, en 1981, de la Fundación Nacional Cubano Americana (FNCA) -que financió la huida de Carriles de Venezuela y sus actividades en Centroamérica durante esos años (entre otras cosas Carriles estuvo involucrado en el financiamiento de los contras en Nicaragua)-, en 1983, de la emisora Radio Martí (por decreto del entonces presidente norteamericano Ronald Reagan) y, en 1990, de Televisión Martí.
En 1992, la Fundación Nacional Cubano Americana creó un ala militar con el fin de organizar y ejecutar acciones terroristas contra Cuba y sus principales líderes. En estas tareas participaron activamente muchos terroristas del ya citado exilio, entre estos el mismo Luis Posada Carriles. En 1993 el grupo adoptó el nombre de Frente Nacional Cubano.
En 1997, Luis Posada Carriles -como miembro de la citada fundación- organizó una serie de atentados contra las instalaciones turísticas en Cuba con el fin de desalentar el turismo extranjero en la Isla y dañar la economía cubana para provocar la tan anhelada caída de la Revolución. En uno de esos actos, en el Hotel Copacabana (La Habana) la explosión de una bomba provocó la muerte del italiano Fabio Di Celmo. Sucesivamente, Posada Carriles afirmó que Jorge Mas Canosa sabía de los atentados, pero no había discutido acerca de las operaciones. La Fundación Nacional Cubano Americana hizo un reconocimiento público de los atentados.
(Publicado originalmente en Capítulo cubano)