El secretario, fotógrafo y nudista particular de Yoani Sánchez, Orlando Luis Pardo Lazo, se queja de su suerte. En unas declaraciones al blog Café Fuerte, el súbdito de la bloguera, ha afirmado que le duele la insolidaridad de la gente en Cuba.
Yoani quiere que Cuba avance hacia la “democracia” ayudada por quiénes desde Estados Unidos alientan todo tipo de crímenes contra su país desde secuestros hasta atentados con bombas. Para ella -evidentemente- el fin justifica los medios.
Un artículo publicado hoy en el diario alternativo Counterpunch hace muy buenas preguntas sobre la gira de Yoani Sánchez por Estados Unidos y el anunciado homenaje que le harán en Miami.
Dice El País: “Con un discurso un tanto manido de tantas veces repetido (…), Sánchez ha defendido la necesidad de acabar con el embargo pero sin profundizar demasiado en las razones que hacen conveniente que se levante.”
La bloguera, tal como nos tiene acostumbrados, hizo reformas a su discurso sobre el bloqueo de acuerdo al público del momento. En entrevista con TV Martí dijo que no está de acuerdo en que se levante sin establecer previas condiciones.
Yoani pidió a los congresistas norteamericanos apoyo para hacer cambios en Cuba; y dijo que quería más democracia para Cuba, que es la forma como llama a la implantación de un gobierno del gusto de quienes la escuchaban.
Yoani Sánchez finaliza su seminario en Nueva York con un pomposo panegírico cliché a la llamada primavera negra de hace 10 años en estas palabras…
Yoani Sánchez acaba de tomarse una foto familiar con los representantes más recalcitrantes de la derecha anticubana del Congreso de Estados Unidos. Por mucho que ella insista en querer parecer una “activista ciudadana independiente” este encuentro demuestra todo lo contrario.
El recibimiento a Yoani Sánchez por la congresista anticubana Ileana Ros-Lehtinen en el Congreso de los Estados Unidos pone al descubierto sus verdaderos vínculos con quienes auspiciaron el golpe de estado en Honduras, que tantas muertes de periodistas continúa ocasionando.
Los periodistas y promotores estadunidenses enfrentan una creciente represión y limitación de la libertad de expresión pues el derecho de la sociedad a saber qué hace su gobierno se subordina a lo que el gobierno dicta como necesario para “proteger” a esa sociedad, lo que llaman “seguridad nacional”.