Cuba
Lo que publicó El Mundo sobre el caso Carromero en 2012
El diario madrileño ELMUNDO.es en su cobertura del caso de Carromero publicaba en agosto de 2012: “con datos de la Dirección General de Tráfico, Carromero ha acumulado un total de 42 multas de tráfico desde 2009, tres de ellas por exceso de velocidad, por las que ha tenido que abonar en total 3.700 euros.(…) por lo que cuando viajó a Cuba, lo hizo sin ningún punto en su licencia de conducción.
Lo que defiende Lincoln Díaz-Balart
Lincoln Díaz-Balart se vanagloria de haber logrado codificar La Guerra Económica contra el pueblo cubano, diseñadas por la CIA y aprobadas en 1962 por el presidente JF Kennedy, bajo la conocida Operación Magosta, en la que se define como tarea principal desarrollar “una guerra económica que induzca al régimen comunista a fracasar en su esfuerzo por satisfacer las necesidades del país”.
Nuevas estrategias para revitalizar espacios ineficientes de la oposición cubana
En Miami hasta el odio hacia Cuba se hereda
El odio que ciertos cubanos que viven en Miami tienen en contra de todo lo que huela a Cuba es, además de enfermizo, totalmente irracional. Odian todo lo que venga de la isla y todo lo que sucede en la misma. Lo único que les interesa de allá es lo que dicen o hacen sus compinches, mercenarios y carnavalescos, que viven de las mesadas que estos les envían desde acá.
Para Yoani Sánchez el bloqueo de EE.UU contra Cuba no viola los derechos humanos de los cubanos
La oposición cubana: árbol torcido desde su nacimiento
La disidencia cubana está cada día más fragmentada y enfrentada. Pareciera que el destino se ensaña en hacerla fracasar. Pero la causa de ello está en su propia esencia al ser una oposición fabricada, dirigida y financiada por los Estados Unidos. Y como dice un conocido refrán: “Árbol que nace torcido su tronco jamás endereza”.
Washington anuncia lo que quiere oír, y los opositores cubanos seleccionados se lo dicen
Versiones mal contadas
No es secreto que anualmente la Casa Blanca aprueba no menos de 20 millones de dólares para pagar a la contrarrevolución cubana radicada en Miami y en la Habana y además destina otros fondos empleados por la NED, la USAID y la CIA, para ejecutar programas de acción encubierta, con el propósito de derrocar al gobierno socialista.