El pasado 19 de marzo, la bloguera cubana Yoani Sánchez -quien se encuentra en una larga gira mundial que día tras día está literalmente destruyendo su imagen de persona democrática y pacífica- fue recibida en el Congreso de Estados Unidos por un grupo de políticos norteamericanos y llamados cubano-americanos, dando una muestra más de su escandaloso oportunismo. Entre los políticos de origen cubano, destacaban dos importantes figuras del llamado ‘exilio’, Mario Diaz-Balart e Ileana Ros-Lehtinen. Vale la pena recodar solo brevemente quienes son esos dos llamados cubanos-americanos.
Mario Diaz-Balart no requiere muchas presentaciones. Su padre, Rafael Diaz-Balart -hermano de la primera esposa de Fidel Castro, Mirta Diaz-Balart-, fue Senador y Ministro del Interior en Cuba durante la sangrienta tiranía de Flugencio Batista y, pocos días antes del triunfo revolucionario, escapó de Cuba llevando consigo millones de pesos robados de las arcas del Estado. Sucesivamente fundó la organización terrorista La Rosa Blanca, una agrupación de esbirros, torturadores y otros criminales que habían formado parte del aparato represivo batistiano.
Ileana Ros-Lehtinen, conocida en Cuba como la loba feroz, es quizás el más evidente emblema del odio anticubano y de las entrañas fascistas de la mafia contrarrevolucionaria y terrorista. Al igual que Mario Diaz-Balart, también Ros-Lehtinen procede de una familia que estuvo estrechamente vinculada con la tiranía batistiana (su padre, Enrique Emilio Ros Pérez, fue un oficial del régimen de Batista) y su trayectoria política en Estados Unidos ha sido caracterizada por la intransigencia, el derechismo extremo y, sobre todo, el respaldo a las acciones violentas.
A pesar de haber apoyado abiertamente el secuestro del niño cubano Elían González en 1999, haber hecho un llamado público a matar a Fidel Castro y ser una de las personas que más defiende el bloqueo contra el pueblo de Cuba, esa señora quizás será recordada por sus lazos con las organizaciones anticubanas y por la extrema defensa del terrorismo contra Cuba, como su amistad con Orlando Bosh, autor intelectual -entre otras cosas- de la voladura de un avión civil de Cubana de Aviación, en 1976, que ocasionó el fallecimiento de las 73 personas a bordo, y Luis Posada Carriles, criminal y terrorista de América Latina, autor -entre muchas otras cosas- de los atentados contra Cuba en 1997 en uno de los cuales perdió la vida el joven italiano Fabio Di Celmo, una víctima completamente olvidada o desconocida por la opinión pública, los políticos y los medios occidentales, inclusive los de Italia.
Al encontrarse con esas personas, por supuesto, Yoani Sánchez no hizo alguna mención de esos acontecimientos y, al contrario, afirmó claramente que estas ‘distintas visiones’ son un ejemplo de pluralidad. A los micrófonos de Televisión Martí dijo: “A diferencia del gobierno cubano, la oposición cubana es democrática. Dentro de ella tiene muy diferentes posturas, a veces sobre temas, como el embargo, como puede ser el método para la transición, pero eso no impide que nos demos cuenta, en cada momento, que coincidimos en el punto fundamental que es el deseo de un cambio en nuestro país y el deseo que Cuba avance hacia la democracia”.
Sin embargo no se ha tratado de la primera posición incómoda e incoherente que ha asumido la famosa y mediática bloguera durante su primer mes en viaje por el mundo. En Brasil, Sánchez ha recordó los miembros de la organización terrorista Hermanos Al Rescate y arremetió contra los Cinco antiterroristas cubanos encarcelados en Estados Unidos por infiltrarse en organizaciones que preparaban atentados contra la Isla. En Praga, junto al otro disidente viajero Eliécer Ávila, destacó la importancia de Radio y Televisión Martí, prensa anticubana, financiada directamente por el Departamento de Estado norteamericano y patrocinada por violentos terroristas. En Estados Unidos, el pasado 18 de marzo, Sánchez recordó el legado de los prisioneros de la llamada ‘primavera negra’, es decir, el legado de criminales y fanáticos que actuaron contra la seguridad y la integridad del Estado cubano.
De todo eso, por supuesto, ha habido muy escasa reproducción en los medios internacionales más importantes que suelen otorgarle un respaldo incondicional y que -a lo largo de los años- han sido fundamentales para la construcción de su imagen pública, es decir, la de una indefensa mujer que lucha pacíficamente por las libertades de su pueblo. Para dichos medios resultaría extremamente difícil explicar las incoherentes declaraciones de esta estafadora virtual y, sobre todo, cómo es posible que alguien que se declare defensora de los derechos pueda frecuentar esas malas compañías.
(Publicada originalmente en el blog Capítulo Cubano)