Redacción de Yoanislandia.

La VIII Cumbre de las Américas, que se llevará a cabo en Lima entre el 13 y 14 de abril de 2018 y cuyo tema principal será la «Gobernabilidad democrática frente a la corrupción», se antoja desde ahora como un escenario donde los tradicionales elementos contrarrevolucionarios ejerzan su influencia nociva en la opinión pública internacional para, una vez más, intentar enlodar el nombre de la Revolución y la brillantez de su obra.

Desde hace meses este grupo, en proceso de gestación, se prepara para inocular su veneno en Perú. A la cabeza de la futura comisión, se encuentra la contrarrevolucionaria, Rosa María Payá. Notoria agente de la CIA, la hija del finado Oswaldo Payá (de cuya muerte Rosita ha obtenido réditos tan abundantes como vergonzosos) debe liderar la “cumbre paralela” con el objetivo de atacar a Cuba y a su modelo socialista.

Enfocada en el contexto actual hacia el sabotaje del proceso de normalización de relaciones diplomáticas entre los Estados Unidos y Cuba (ya de antemano frágil por causa de los risibles “ataques acústicos”), esta nueva maniobra buscará también poner en tela de juicio las elecciones de diputados a la Asamblea Nacional del Poder Popular, a celebrarse en el mismo mes de abril.

Dos de los padrinos fundamentales de esta estratagema son los tristemente célebres: Luis Almagro (Secretario General de la OEA, nunca antes como hoy vil Ministerio de Colonias) y el senador Marco Rubio, que ha tenido un papel preponderante en las injerencistas y genocidas medidas de la administración Trump contra el pueblo de Cuba.

Pero un palo no hace al monte. A Rosa María Payá la acompañarán también otros “fichajes” de la contrarrevolución, entre ellos:

-La realizadora cubana Yaima Pardo, quien realiza una  campaña asociada a la comunidad LGBTI en Cuba, a ser “expuesta al mundo” en la Cumbre. Un audiovisual realizado por ella sobre esa temática fue financiado por la ONG checa “People in Need”, una de las organizaciones que financia a la ultraderecha miamense anticubana, también pantalla de la CIA contra el entonces campo socialista.

-Carlos Quesada, costarricense que pertenece al Instituto de Raza, Equidad y Derechos Humanos. Preparó y llevó a los elementos contrarrevolucionarios que participaron en la Cumbre de Panamá, a través de la organización Global Rights. En esta cumbre pretende difamar de la situación en Cuba de la comunidad LGBTI y la niñez, además de articular una campaña contra las políticas del gobierno cubano hacia el medio ambiente y los derechos humanos.

-El profesor de la Facultad de Derecho de la Universidad de La Habana, Raudiel Francisco Peña Barrios. Esta “estrella naciente” del mercenarismo militante de la “nueva contrarrevolución” (que algunos tildan de “centrismo” o “tercera vía”) es asiduo colaborador de medios noticiosos, sitios y blogs como Cuba Posible, OnCuba y Progreso Semanal, todos ellos paladines de la restauración del capitalismo en Cuba. Detrás de todos ellos, otro gran financiador de la subversión contra la Revolución cubana: el oscuro magnate George Soros y su “Open Society”.

Esta maniobra es el reflejo fiel de aquella cumbre anterior que se llevara a cabo en Panamá, y que probó ser una puesta en escena donde los más lacayunos vasallos del dólar estadounidense lanzaron sus calumnias contra el socialismo cubano. Rosa María Payá, Yaima Pardo, Raudiel Peña… todos ellos son engranajes (conscientes o no) de un sistemático esfuerzo que realiza el establishment imperialista contra cualquier gobierno progresista que se atreva a desafiar su hegemonía.

Pero como sucediera en la Cumbre de Panamá, la sociedad civil cubana auténtica sabrá enfrentar y vencer estas ofensas y difamaciones, declarando a Lima como un nuevo escenario de triunfo para la Revolución cubana y la izquierda latinoamericana.