“Ante las euforias por las políticas agresivas de la Administración de Donald Trump y el rescate de la Doctrina Monroe, el desespero de Washington es evidente, mientras el magnate presumió de haber impuesto duras sanciones a las dictaduras de Cuba y Venezuela, en su primer discurso del Estado de la Unión”.
“Con Cuba, el desespero y la urgencia, los han llevado a una apuesta fracasada de antemanopues calculan ─una vez más─ que “llegó la hora”, ante las elecciones cubanas, donde los electores elegirán un presidente que sustituya a Raúl Castro Ruz, de nuevo subestimando la legitimidad de la democracia cubana y, la inteligencia política de los cubanos todos…”.
“Para ello han elegido un refrito de un proyecto fallido como el Plan Varela, que le lavaron la cara llamándole “Cuba Decide”, con una generosa contribución de miles de dólares proveniente de la NED, a su vez pagada por la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional, USAID, oficina del Departamento de Estado de EE.UU., así como Cuba Freedom Foundation, Freedom House, o la Fundación Konrad Adenauer, entre otros”.
“… este es el plan estrella, que deja fuera a otros “opositores” más desgastados y que no han robado capacidad de convocatoria, la misma que falta a Paya, pese a su inocente y bien estudiada imagen y apoyo en viajes y acomodos, y en medios sociales con trolls, boots, y netcenters, ideados por los laboratorios mediáticos para la manipulación y el bombardeo con sicarios digitales para la guerra no convencional”.
Ya lo reconocía hace pocos días alguien innombrable, a través de un sitio inmencionable:
“…está bien #CubaDecide, aun cuando nada tiene que decidir…”.