Hoy le llaman hasta terrorista. El interés es demonizarlo a él y a todo lo que hizo. Reducir a cero su tremenda hazaña. Incluso la caída de la Unión Soviética y del campo socialista es culpa suya también. Cualquier cosa sirve para señalarlo de manera absurda e irracional. Hasta en Rusia hay gente que no dominan la historia, la han cambiado bajo el mismo efecto que produce el veneno neoliberal.
Pero ningún país socialista del mundo ha llegado a la altura que llegó el país de Lenin: los soviéticos llegaron a estar en la cima de la pirámide global. Cuando pusieron el primer perro en el cosmos, luego, el primer hombre y más tarde la primera mujer, no era ficticio su desarrollo, pues no había los miles de hambrientos en las calles como en países que todos conocemos, con gran desarrollo de las élites y el pueblo muriéndose de hambre, viviendo bajo los puentes o durmiendo en las calles y tapándose con periódicos.
Aquello eran resultados reales para todo el pueblo. Allí no había analfabetos, tenían un fuerte y organizado sistema de salud y un ritmo de crecimiento económico admirable. Sin contar que tan pronto triunfa la Revolución, el imperialismo arremete contra ellos y sustentan una guerra civil despiadada que el propio Lenin enfrentó. Salieron victoriosos en 1922. Pero se levantaron de ser el país más pobre y no pararon hasta el cosmos. ¿Qué otro socialismo ha hecho eso? La URSS demostró que el socialismo es la única vía posible para las mayorías. Y Lenin, “el terrorista”, demostró ser uno de los hombres más grandes que ha dado la humanidad. Por mucho que se empeñen los imperialistas, aquella revolución no se olvidará nunca.
En Cuba, el triunfo no hubiera llegado al año 1962 si los soviéticos no nos hubieran tendido la mano. De eso no hay dudas.
Cometieron después errores graves, la ausencia de Lenin también influyó en eso (¿pero quién no los comete?): había desarrollado el marxismo con una teoría y una práctica que nadie igualó. —Sin embargo, salvaron también a la humanidad del fascismo. No fueron los yanquis, como reza la nueva historia que quieren construir, los yanquis como siempre se unieron casi a la hora de repartir el pastel, después de haber obstaculizado la apertura del segundo frente. Esa historia bochornosa tampoco la podrán borrar. Fueron los soviéticos los que más aportaron a esa contienda. La iban a ganar de todas formas sin los yanquis. Hasta Gibraltar no hubieran parado.
Esa es la verdad y la gran hazaña de un líder y un pueblo que hoy quieren demonizar. Ellos le abrieron los ojos al mundo.